abril 17, 2009

Mal día

Hay días que no merecen ser respirados.
De esos en que abrir un ojo es anuncio de pura calamidad. Pero no calamidades grandes y aniquilantes, sino cuchillitos de palo, piedritas en el zapato, pequeños "chingaquedito" que ni son nada y al final lo que hacen es no dejar nada.

Que cuando quieres algo el Universo conspira para que tú lo tengas.
Tal vez para mantener el equilibrio cósmico
a veces la conspiración va contra ti y ni modo.

[Café café café café café café café café...
frío
pedacito de hielo que se deshace al contacto...
azúcar y cafeína]
Hoy no hubo café para mí.

[Tal vez tal vez tal vez
y que aquí y allá y que cuando se cierra una puerta se abre una ventana
y que al que no habla Dios no lo oye]
Y el cuarto era más como un Sótano sin puertas ni ventanas,
donde nadie llegaba y Dios estaba de vacaciones...]
Hoy no hubo respuestas para mí

[Beso beso beso beso beso beso
aquí, allá, acuyá por favor!
sólo uno... muchos, todos, los que sean...
Y el monopolio de esos besos suyos no era mío]
Hoy no hubo besos para mí.

Qué día!

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