noviembre 18, 2008

La estrella

Anoche vi una estrella y no le dije a nadie. Estaba acostado, con la sonda proporcionándome los nutrientes nocturnos glup, glup, glup. El tubo rozaba mi muslo desnudo, más frío que de costumbre y por eso no entré al estado de hibernación. Repasaba los algoritmos que me injertaron hoy, cuando vi un punto tintineante. Pensé que era una falla de sistema y traté de reiniciarlo. Pero me contuve de manera bastante ilógica. Y la vi. Era brillante, extremadamente. Calculo que su color es aproximado al A4777888#27-E que emiten las radiaciones del cuarto de junto. Quise contarle a alguien, pero no hallaba quien. Vivo en una casa con muchas personas, y todo lo que forma parte de la vieja tradición es más bien considerado leyenda. Sin que nadie lo haya mencionado, todos sabemos que está prohibido hablar de dinosaurios-nunca existieron-, amor-ináudita falacia-, mujeres -barbaridad más grande-, Dios-eso es para retrasados-. Un pequeño sector del cuadrante 5, que la historia antigua llamó Unión Europea son los que mantienen viva la vieja historia. Hablan de luna, sol, estrellas -cuerpos que flotan en la masa interestelar, mujeres -seres dotados de órganos distintivos, generalmente propensos a las reacciones de sustancias primitivas llamadas hormonas, sexo -contacto que tenían los primitivos para reproducirse o liberar sustancias también arcaicas en su unidad central y otras barbaridades. O al menos eso me parecía cuando conocí a 45042382787483, que se hacía llamar "Bohindra". Hablé con él mientras las moléculas de mi psique se trasladaban a su territorio y mi parte material recibía mantenimiento. Y aunque no quise creerle, me invadía una sensanción agradable recordando lo que me había dicho.
Así fue como vi la estrella.
Regresé al sitio donde lo vi la vez anterior. Tenía que contarle a alguien, y se alteró tanto al verme que se acercó demasiado a mi y pegó su cara a la mía. Un disturbio general me invadió, pero no me molesté. Sabía que no podía demorar mucho, y dijo que podía regresar cuando gustara. Los antiguos son tan raros, pero quiero ver más estrellas. Y tal vez con un poco de suerte, me enseñen sus archivos y pueda saber como era una mujer.

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